Alimentos orgánicos ¿Qué son los alimentos orgánicos?

Alimentos orgánicos

La alimentación del siglo XXI. Alimentos orgánicos..

Los alimentos orgánicos pueden ser de origen vegetal o animal. Los primeros son obtenidos de cultivos denominados “biológicos”. Es decir, sin agregado de aditivos químicos sintéticos como los fertilizantes, insecticidas u otros compuestos orgánicos. Los otros los constituyen carnes procedentes de animales alimentados sin antibióticos ni hormonas. Y tampoco han sido tratadas después de su muerte con nitritos u otras sustancias conservantes.

La Comunidad Económica Europea utiliza el término genérico de “producto ecológico” para definir aquel que se obtiene sin el uso de fertilizantes ni pesticidas pero que además no contamina el medio ambiente por no producir residuos tóxicos o de difícil degradación. En Argentina inicialmente sólo se comercializaron vegetales orgánicos pero paulatinamente se fueron incorporando frutas, azúcar, miel, mermeladas, aceite de oliva, y yerba mate. En la actualidad también se producen carne vacuna, pollos y vinos.

Aompañando este crecimiento, la comercialización de productos orgánicos, que originalmente se realizaba en algunas granjas del Gran Buenos Aires, alcanzó supermercados, aumentando sostenidamente la ventas durante los últimos años.

Todos estos productos orgánicos llevan un sello distintivo. Es otorgado, por Argencert, OIA, APROBA o MOA, para los vegetales. O por SENASA, para los productos de origen animal.

En relación al público consumidor, el conocimiento del beneficio de una alimentación sana se ha popularizado. Dejó de ser patrimonio de los tradicionalmente adeptos a la comida natural o ecológica. Sin embargo, la generalización del consumo de alimentos orgánicos está limitada por su mayor precio en relación a los productos tradicionales. Esto se debe a que la falta de fertilizantes y pesticidas disminuye considerablemente el rendimiento por hectárea y aumentan los tiempos de producción. Otro inconveniente es su menor vida útil. Los contenidos, una vez abiertos los envases deben ser consumidos a la brevedad, por carecer de conservantes.

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