Todos sabemos que las sopas son sanas y nutritivas, pero no siempre nos atraen. Veamos cómo hacer que nos parezcan más apetitosas y llamativas, sobre todo para los más chicos. Ellos las necesitan para un crecimiento saludable y lleno de vitaminas.
Lo que hace interesante a una comida no son solo los sabores, también tenemos que pensar en las texturas y contrastes de temperaturas. Las sopas suelen ser monótonas. Por eso si hacemos hincapié en romper esa monotonía agregando ingredientes crujientes o fríos, vamos a lograr una sopa mucho más interesante. Veamos algunos ejemplos.
Para que nuestra preparación logre un sabor más intenso, debemos comenzar rehogando las verduras, ya que si las hervimos desde un primer momento, no quedan tan ricas como esperamos. Una vez que se doran, podemos agregar agua o algún caldo que tengamos hecho; un buen tip, es agregar un hueso de pollo que nos haya quedado de alguna otra comida. No es necesario que tenga carne, ya que aun así va a aportar muchísimo sabor. También podemos agregar hierbas, como romero, tomillo, laurel o salvia, dependiendo de las verduras que elijamos.
Para la parte crocante de nuestra sopa, podemos elegir “croutons”, unos pequeños dados de pan tostado en manteca o aceite. Van a quedar muy bien con sopas espesas, y hay que agregarlos directamente en el plato, antes de consumirla. Si los agregamos en la olla, van a quedar húmedos o deshechos.
Otra alternativa es hacer chips, pueden ser de panceta o de jamón crudo. Para hacerlos, debemos colocar finas lonjas en un horno medio, por más o menos 20 minutos, o hasta que queden secos y se puedan quebrar con las manos. Una opción más saludable, es incorporar frutas secas, como almendras fileteadas y tostadas, nueces o avellanas cortadas groseramente, y hasta pistachos. Cualquiera de estas opciones es válida para hacer que nuestra sopa tenga un toque gourmet y nos dé más ganas de prepararla.
Una idea saludable y novedosa, es reemplazar la crema que se le suele agregar al momento de servir la sopa por un queso blanco saborizado. Puede ser con especias como curry, comino, ají picante o dulce molido, canela; o bien hierbas como ciboulette, cebolla de verdeo, orégano, menta, albahaca, o cualquier otra que nos guste. Al agregar una cucharada de este queso especiado en nuestro plato de sopa, le damos un golpe más de sabor, así como también unas vetas de color para que deje de ser un plato aburrido.
Llevemos todas estas ideas de sopas a la olla. Acá van algunas combinaciones para hacer una buena sopa procesada:
- Cebollas rehogadas + zapallo brasilero + caldo de verduras + tomillo + croutons.
- Zanahorias y cebollas caramelizadas + lentejas hidratadas + espinacas + caldo de pollo + queso blanco saborizado con curry amarillo.
- Cebolla de verdeo rehogada + zanahorias + caldo de verduras + trocitos de pollo previamente hervido + almendras fileteadas.
- Puerros caramelizados + brócoli + espinacas + queso blanco saborizado con nuez moscada y pimienta + chips de panceta ahumada.
- Cebolla rehogada + zanahorias + apio + calabaza + arvejas + romero + perejil fresco picado.
Como vemos, las combinaciones son infinitas, y la mayoría de las veces se reducen a lo que encontramos en la heladera, justo como lo hacían nuestras abuelas.
Lo importante es experimentar, probar sabores nuevos y no tener miedo a mezclar texturas y elementos. ¿Te animás?